Como indica su nombre, está directamente relacionado con recipientes, que a su vez denotan fragilidad, que analogicamente representan el cuerpo humano desde el punto de vista físico, del espíritu y el alma.
Habla básicamente de lo práctico que somos como receptores de todo lo que pasa a nuestro alrededor, incluyendo todo lo relacionado con lo bueno y lo malo, lo que nos conviene y lo que no. Así como una vasija al aire libre mientras llueve se llega de agua, es imposible que de esa misma manera entren impurezas, o contaminantes que hagan que su contenido sea tóxico. Si viertes agua de una vasija a otra, compartirá la mayoría de las propiedades de su contenido. Nosotro los seres humanos somos como vasijas de barro frágiles, repartiendo nuestra experiencia de vida por donde andamos, y en el mayor de los casos recogemos de lo más tóxico y corrosivo hasta rebosar, sin oportunidad de que entre algo bueno, haciéndonos tan vulnerables que al breve golpe accidental nos hacemos en pedazos.
Al final del día o de la vida, podremos deducir como esta nuestra “Vasija de Barro” a la sombra del oriente, esto también puede ser a la inversa por que la sombra del oriente también da cuando apenas sale el sol en la mañana. Tendremos muchas oportunidades para hacer lo que consideremos como razón por la cual nacimos, entre mas pasa el tiempo, más frágiles. Estamos en tiempo difíciles, aprovechemos hacer lo correcto mientras podamos.
