Una pequeña introducción a una historia de desamor en donde la voz y los coros son los protagonistas representándolas voces que resuenan en la cabeza de todos cuando estamos a punto de cometer un error, esas voces que no se callan y te nublan la razón. Rickhart esta vez viene con un ritmo lento emulando a la onda del hip-hop noventero, pero mucho más rebajado, acompañado por guitarras que armonizan y llenan de tristeza el ambiente.